Despertó desorientada y aturdida sin recordar nada de lo que pasó anoche. Se miró al espejo y tenía los ojos rojos. Veía cosas que nunca logró apreciar y que parecían hacerla reír.
A las pocas horas ese extraño sentimiento se fué, y empezó a recobrar algunos pensamientos de la tarde anterior...
Se acercó a aquel hombre de traje blanco que hacía juego con sus pocos y desteñidos cabellos. Sus ojos la miraron de los pies a la cabeza a travéz de los sucios y gastados cristales de sus lentes, y finalmente le dijo: - Ya no hay vuelta atrás...-, y lo interrumpió un sollozo. Una pequeña lágrima recorrió la mitad de su mejilla y la limpió rápidamente con sus secas manos.
Se levantó un poco aturdida y se fué.
La gente la miraba extraño, ella simplemente seguía su paso mirando directamente al frente... Aún no lo asimilaba.
Caminó hasta una plaza cercana y se sentó en la primera banquilla que encontró. Pensó en todo lo que se equivocó y lo que no alcanzó a hacer. Intentó llorar pero el dolor y la culpa no se combinaban lo suficientemente bien.
Se acostó en la misma banquilla de madera y admiró el crepúsculo hasta que llegó a su fin.
Intentó dormir pero estaba incómoda, por lo que solo reposó tranquilamente mientras la cubría lentamente el oscuro manto de la noche.
Pasaron los minutos y sintió un fuerte dolor en el pecho... Como si un elefante se fuera acomodando lentamente entre sus costillas.
Segundos mas tarde se encontraba en el piso retorciendose por el insoportable (INSOPORTABLE) dolor que la invadía, hasta que llegó un susurro desesperado: - Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda... -.
El dolor cada vez se hacía mas y mas fuerte, y cada vez hacia movimientos mas y mas desesperados por intentar salir de la situación.
Empezó a gritar, pero en la oscuridad y desesperación no logró ver nada.
Gritó mas fuerte, y alcanzó a ver una silueta que se dirigía hacia ella. Gritando aún mas fuerte suplicó asilo mientras la oscura sombra se hacia mas grande a traves de la oscuridad. Con los ojos entrecerrados solo logró ver una chaqueta oscura lanzando algo parecido a un cigarro, y un encendedor. Sintió una voz: - Demasiado bella para morir así -, y vió la silueta desaparecer.
Tratando de calmarse pero con el mismo dolor, que ya la empezaba a marear, recogió lo que pudo ver y lo encendió en sus suaves labios. Aspiró y un abismo la invadió.
Olvidó todo el dolor ya desaparecido y voló soñando.
i would for you
Hace 15 años
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