Hay días en los que me despierto y mis respiraciones tienen ganas de enamorarse.
¿Por qué todos tienen a alguien para facilitar su torrente sanguíneo y yo no?
Hay días en los que me despierto y me siento sola.
Hay tardes en las que llego y hay aires de soledad.
Hay noches en las que dormir no puedo y juego solitario con cartas imaginarias.
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