Cortito

Y el día de hoy me percato de que no fue más que los efectos de mi inocencia.

¡Oe'! ¡Apura que esta señorita tiene sed!
Y no es nada señorita.

Patético

Y pensar que no sólo gasté segundos,
¡sino que gasté palabras!

Y si sigo hablando de ti
es una amenaza.

Traición

Y aunque se declaraba fanático de "El Padrino", nunca terminó de entender el valor de "la familia".

Parque de Diversiones

Y de repente en sus voz sentí esos golpes aterciopelados que en mi cuerpo dejaron huellas, porque la gente no cambia y tú tampoco, por eso te vuelves a enamorar de la misma persona una y otra vez, aunque su envoltorio sea diferente.

Porque todo lo que sube... ¡Tiene que bajar!

Re-recordatorio

No confíes en nadie.

¡Pero que casualida'!

Tal vez, sólo tal vez, algún día llegará el momento en que te vea caminando por mi misma vereda y no cruce la calle.

Rápido

¿Cómo fue que terminé donde empecé?
¿Cómo fue que terminé donde me equivoqué?

Repentinamente el tiempo no me da ni para viajar atrás y arreglar eso que hoy me hace llorar.

Mírame a los ojos,
mírame a los ojos y recuerda
que no siempre fue así,
que no siempre fui así,
que te quererte quise desde el primer momento
y lo arruiné.

Alerta

Quería bailar sobre tu tumba, y ahora
no tengo ganas de bailar.

Ay, ay, ay!

El azúcar de cada lágrima que caía cual rocío por mis mejillas lograba endulzar cuidadosamente cada una de las perlas que lucía forzosa de recuerdos entre mis labios.

Es una lástima. Que impotencia quedarme siempre en los detalles e irme por las ramas con el fin de no regalarte la última puñalada.

Que felicidad, que risas, que llanto. Que rabias, que agresiones, que golpes, que groserías, que llantos. Que miradas endemoniadas, que almas enamoradas, que labios apasionados, que llantos, que llantos, por la cresta que hubo llantos.

El mundo tomó un descanso, las calles se re-dibujaron y se pintaron de óleos fluorescentes y nuestros suspiros fueron dignos de monumentos tallados en piedras preciosas. La manera en la que el viento fingía un ligero siseo sólo para nosotros me aseguraba más y más. La atmósfera nos regalaba figuras infinitas y la aurora nos dedicaba los amaneceres como si fueran notas que debíamos interpretar. Estaba tan ciega que me negaba mirar, y tan ensoñada que despertar se veía hermosamente lejano.

Pasó un huracán y le dio un armónico desorden a lo que solía llamar imaginación. Cual obra de Picasso, cada respiro encaprichado de ti decoraba de la manera más ilegible aquel lienzo que se podía divisar dentro de mis atareados ojos.

"Si te cortara los brazos, y te cortara las piernas, ¿me seguirías amando?"

Que estupidez. 

Volver al pasado una y otra, y tal vez tres, o cuatro veces más para intentar adivinar que pasó. Que curiosidad me alberga hoy en día cuando aún no puedo descifrar donde se fue aquel aire que me embriagaba, aquella ardiente pasión que me desmayaba y que se ha tornado tan extraña como estas palabras carentes de lógica.

¿Por qué he te meterme en este embrollo? Si con mis vasos sanguíneos apostaste en la ruleta rusa y es la recompensa de eso la que me limito a vivir hoy día a día. Si repasaste diálogos conmigo actuando como si tuvieran sentido cuando me rompían suavemente el sístole y el diástole. Si jugaste a la escondida con cada ínfimo detalle de mi cuerpo como si la piedad no fuera regla en aquel juegueteo. Si aún quedan retazos de lágrimas reposando en mi iris, el mismo que te amó como si el miedo hubiera sido arrancado del diccionario, el mismo que corrió tras de ti mientras partías para ese último y penúltimo y último y horrible adiós, aquel mismo que ya se acostumbraba a tu vulgar presencia.

Maldito profano que en mi mente no descansa y se acumula. Si hay cosas en la vida que no entiendo se dice que esta es una de ellas. Si hay cosas en la vida que me deprimen, es ver pasar la primavera y sus atardeceres sin tener a tus labios reposando en los míos.

Miserable.

Bastardo.

Infelice.
Amor mío.

¡Pero que porquería!

Es patético.
Todo esto,
es patético.

Esta estación del año
y este clima.
Este horario
y sus puestas de sol.
Estos días,
estas noches.
Este frío bochornoso
y este gélido calor.
Estas flores que florecen,
estos árboles que perfuman
y estas aves que cantan hasta el amanecer.
Estas nubes con figuras
y las drogas que te hacen imaginarlas.
Este cielo azul
y el humo que lo pinta de gris.
Esta mierda de perro que se esconde en la maleza,
ese pasto lleno de hormigas,
ese arbusto lleno de espinas
y esa tierra que mancha mis zapatillas.
Ese recreo que paso sola
y esos niños que me miran raro.
Ese vaso que me muero por tomar,
esa cerveza que me hace engordar.
Esa apariencia que trato de mantener
para que me miren en la calle con cara de linda.
Ese pelo que me tengo que teñir
y esas puntas que se quiebran con el aire.
Esas botas de milico que están de moda
y todas las estúpidas que se creen originales usándolas.
Ese sudor que me empapa
y la sensación de suciedad que me provoca.
Esa hora y media todas las mañanas
que ocupo en maquillarme y elegir ropa.
Ese sostén que me aprieta el pecho.
Ese perro que me mira siempre que hago el amor.
Ese sexo que no tengo.
Esos orgasmos que mis amigos comentan
como burlándose de mi.
Esas parejas que se enamoran justo hoy
y en dos meses se están golpeando
o embarazando
o sonriendo
o muriendo.
Esa adolescente que me siento.
Esa soledad que me invade,
esa impotencia que es impotencia,
esa impotencia que es rabia,
ese llanto que no está,
ese resfriado que no se va,
esa enfermedad que sigue su curso,
esa tristeza que no es,
esa sonrisa que es, pero no.

Que patético.
Que asco.
Que patéticamente asqueroso.

Volátil

Y todo se redujo a un simple respiro que intentamos cobijar del frío y de los ideales. Todos éramos una bomba de tiempo repleta de enfermedades nunca diagnosticadas, llantos de amores posibles, risas de marihuana contenida y groserías que en la mesa no cabían, mas vivir intentamos... ¡y que vida! Cada mañana que encendíamos la radio y estaba sintonizado en la 97.1, nos encaprichábamos de Chinoy y sus complicados acordes rasgueados con rebeldía, en las tardes nuestras mentes se ensuciaban de barro en el pantalón pitillo recién comprado y atrasos en el periodo que había sido regular hasta hace unos meses, mas al llegar la noche se encrespaban nuestras pestañas al ahogarnos en aquel mar purpúreo de placer forzado que abarcaba cada ínfimo detalle de nuestros enamorados corazones. Todo calzaba, y si no, lo escribíamos en pretérito perfecto y la vida se hacía más sutil. Y una brisa recorría nuestros des-ordenados aposentos a mezclar nuestros iris con el color incoloro de la lluvia torrencial que caía sobre nuestras mejillas acalambradas de sonrisas, y se confundían con tristeza, con lágrimas de dolor, con desdicha, y no, era alegría, era felicidad y nadie entendía, y nadie podía entender, y nadie quería entender... Y esa incomprensión activó todo.

Era como el cañón tibio de una AK47.

Abrázame

Intento mirar cerca de mi inspiración y se va demoliendo, está sacudiendo su emoción y todo esto parece una ilusión.

Disfrútalo mientras puedas.

Crisis idéntica

Hay días en los que me despierto y mis respiraciones tienen ganas de enamorarse.

¿Por qué todos tienen a alguien para facilitar su torrente sanguíneo y yo no?

Hay días en los que me despierto y me siento sola.

Hay tardes en las que llego y hay aires de soledad.

Hay noches en las que dormir no puedo y juego solitario con cartas imaginarias.

¿Dónde estás que no te veo?

Ojalá te hubiera escrito hasta el aburrimiento, pero aún queda tiempo.

Ahora, todo lo que te pueda decir no hará ningún cambio, o me convenzo a mi misma que así será.

Las cosas son así.

Añoranza

Y me vuelvo a preguntar si pensarás en mi de la manera en que yo pienso en ti, justo aquí y justo ahora.

Días pasaron y volvieron a pasar, y así se convirtieron rápidamente en 12 meses exactos que se concentraron en una simple noche que llegó a revolcar nuestras mentes y a acelerar nuestros corazones como esas escapadas nocturnas que nos identificaban. Miro los astros y recuerdo como es que ellos nos contemplaron bajo la tenue luz de aquella amorosa luna que nos impregnaba, y nos impulsaba a la pasión, y mirábamos nuestros cuerpos dichosos hasta un amanecer pintado de azúcar y cal.

Quiero hablarte, quiero decirte, quiero que leas esto y que sepas que pienso en ti, que he escrito sobre ti desde hace 365, que hoy en día me cautiva tu locura, que cometimos errores que ahora no importan, que a veces creo en el destino, que quererte quiero, que la perfección desapareció, que sueño con tus ojos, que me desquicio cada día un poco más, que nada de esto tiene sentido, que los recuerdos se hacen más bellos que ayer, pero menos que mañana, que quiero tomar un teléfono y preguntar por ti... Pero estamos en el mundo real.

Quiero empezar dándote gracias... y agonizar terminando.